5 lugares de Cantabria que no debes perderte, te animo a disfrutarlos. Piérdete pero en ellos.
Costa occidental de Cantabria |
Vamos a dar una vuelta cántabra.
Playa de Amió, Pechón
Pechón es un pequeño pueblo del municipio cántabro de Val de San Vicente que se encuentra en el límite con Asturias.
Desde la autovía A8 nos muestra un desvío para llegar al lugar. Cuenta con una playa digna de ser visitada, la playa de Amió. Una lengua de arena que se une con un pequeño islote durante la bajamar. El mejor momento para disfrutarla es con la marea baja.
Tiene un acceso muy bien preparado y dispone de un amplio parking. Para llegar a la playa hay que bajar una rampa de unos 200 metros sin ninguna dificultad.
La arena es dorada y el oleaje moderado. Es una playa bastante peligrosa para el baño por sus corrientes. Así que extrema la precaución cuando te metas en el agua. Disfruta del paisaje y de las vistas, mantén los ojos en alerta.
Playa de Amió, Pechón |
Bosque de Secuoyas del Monte Cabezón
Siguiendo la autovía dirección Santander, toma el desvío de Cabezón de la Sal y a poco más de un kilómetro verás a la izquierda el bosque de Secuoyas del Monte Cabezón.
Un bosque de más de 800 secuoyas en Cantabria, del que podemos disfrutar y admirar sin tener que viajar a California, que realmente nos queda un poco lejos. Se plantaron en 1940 para aumentar la producción maderera para la construcción de barcos. Durante el paseo verás carteles que te explicarán muy didácticamente la historia de dicho bosque.
Es un árbol que se caracteriza por un tronco recto, muy grueso y con la corteza oscura. Destaca su gran longevidad, pueden vivir más de 1000 años y su rapidez de crecimiento, pueden llegar a medir unos 100 metros. Las más altas de este bosque miden unos 35 metros, están todavía en edad de crecer. Son bebés secuoyas.
Bosque de Secuoyas |
Es un lugar para pasear en cualquier época del año. Sus hojas perennes muestran siempre el árbol en todo su esplendor. Los rayos del Sol apenas pueden traspasar esas elevadas copas y la sombra es lo que predomina. Caminar entre estos gigantes y alzar la mirada es un regalo de la naturaleza.
El capricho de Gaudi, Comillas
Comillas fue el primer lugar de España donde llegó la luz eléctrica. El Marqués de Comillas, indiano que hizo fortuna en América, fue el artífice de dicho logro. Este dato ya habla mucho del lugar, conocido sobre todo por sus edificaciones, en especial El Capricho.
El Capricho no solo es importante por ser un edificio modernista en Cantabria, sino por ser uno de los primeros edificios construidos por Gaudí junto con la Casa Vicens en Barcelona y mostrar la singularidad de su arquitectura, que lo convertirá en un personaje universal.
El Capricho de Gaudí está bien claro que es un edificio con nombre y apellido. No se pueden separar, van íntimamente ligados. Se construyó a finales del siglo xix para ser residencia de veraneo de un rico indiano, al igual que el ya citado Marqués de Comillas.
En el arte ya sea pintura, escultura, arquitectura cada uno se fija en unos detalles que le hacen ver algo más. Del Capricho yo destacaría su minarete que me recuerda al arte oriental, y los ladrillos adornados con cerámica de vidrio donde destacan los girasoles. Cuando lo visite otra persona destacará otros detalles.
El Capricho de Gaudí, Comillas |
Visitadlo a ver que os transmite.
El palacio de Sobrellano, Comillas
Junto al Capricho, se alza majestuoso el Palacio de Sobrellano, obra de Juan Martorell, por encargo del Marqués de Comillas, Don Antonio López y López. Un hombre hecho a sí mismo. Un personaje digno de estudio.
Hasta llegar al Palacio irás caminando por jardines que ya por si solos merecen una visita. Siempre he pensado que una casa señorial para que sea especial tiene que estar acompañada por unos jardines que resalten el entorno. Aquí se da el caso.
El Palacio de Sobrellano es una construcción neogótica, con aire ecléctico, con una mezcla de más estilos. Cuando lo observas te imaginas una mansión victoriana donde en una noche oscura el terror acecha en cada esquina.
El Palacio de Sobrellano, Comillas |
Se puede visitar por dentro, os lo recomiendo. Por fuera es fastuoso con una fachada espectacular, y por dentro lo es igualmente. Un guía os explicará con detalle la historia de tan fascinante lugar. Un viaje a finales del siglo xix por salones y estancias construidas con materiales nobles, con espléndidas vidrieras y detalles que no os pasarán desapercibidos. La entrada cuesta tres euros. Ni lo dudéis.
Un paseo por Santillana del Mar
A pocos kilómetros de Comillas se encuentra Santillana del Mar, una villa medieval que es un museo en vivo. Pasearla, sentirla en vuestras suelas es la mejor manera de vivir este conjunto histórico-artístico.
Casonas desperdigadas que van del siglo xiv al siglo xviii entre sus calles empedradas. Las torres de Merino y Don Borja, las casas del Águila, el palacio y la Torre de Velarde, los palacios de Barreda, Tagle y Villa, la casa de Leonor de la Vega, las calles de Juan Infante y Santo Domingo, la Plaza Mayor de Ramón y Pelayo, la colegiata de Santa Juliana, el monumento románico más importante de Cantabria.
Una calle de Santillana del Mar |
Cantabria tiene mucho más que mostrar, seguiremos viajando.
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